La flor

 

 

Sueña la espérida flor

porque al cesar el tambor,

del cual conoces el mito,

oye cómo el Sol infinito

retuerce el blanco fulgor

requebrajando su amor

a Diana, la cazadora,

que por ser nueva Pandora

corta las nubes cuyo feo gris

deja al desnudo Apolo en tris

de rielar el negro mar

en cuyo fondo la fría lar

de Neptuno que no es ignota

del laúd arranca la nota

y corta el verde candor

de nuestra cálida flor.

 

 

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